Los hongos merman la remolacha

El cultivo afronta importantes complicaciones sanitarias en forma de ataques de rhizoctonia, ramularia y cercospora con pérdidas de producción. El sector cifra los rendimientos por debajo de las cien toneladas por hectárea

20-09-2018  

Con el retraso impuesto por las condiciones y la fecha de siembra, el cultivo de remolacha afronta ahora un momento decisivo. La abundancia de precipitaciones durante toda la primavera complicó las labores a pie de campo en Castilla y León, obligando a una siembra escalonada, que no siempre se ha realizado en las mejores condiciones.

La campaña está resultando especialmente difícil para este cultivo, que está soportando más complicaciones sanitarias y más «virulentas» de lo que es habitual en estas fechas. El agricultor ha tenido que aportar más tratamientos, con dosis superiores a las normales para garantizar la sanidad de las parcelas. Un hecho que se atribuye a la climatología caracterizada por la humedad y el calor.

A pesar de estas contingencias, la remolacha «evoluciona bien» allí donde no hay problemas, según el jefe de cultivos de la cooperativa Acor, Miguel Ángel Catalán, que confía en que se pueda recuperar el tiempo perdido, siendo conscientes de las mermas ya constatadas en producción.

La recomendación desde el servicio agronómico de Acor es que el agricultor mantenga, en estos momentos, la humedad óptima en las fincas, evitando el estrés hídrico, tanto por defecto como por exceso. Los técnicos hacen especial hincapié en que «se deben realizar los tratamientos necesarios» para mantener la planta en las mejores condiciones, para que llegue a alcanzar «el mayor potencial productivo».

Los profesionales saben bien que el mes de septiembre es decisivo para este fin de ciclo. De hecho, Acor confía en tener un otoño «favorable», para que, en general, se pueda llegar a obtener «producciones similares a la de años anteriores».

Esta es la esperanza, sin embargo, el sector tiene claro que las complicaciones en la campaña de este año se van traducir en una merma de rendimientos, casi con toda seguridad, por debajo de las cien toneladas por hectárea.

Los remolacheros denuncian la proliferación de hongos en el cultivo, tanto de raíz como de hoja, con importantes ataques de rhizoctonia, ramularia y cercospora en muchas parcelas, que se van a traducir en unas pérdidas significativa en algunas fincas. La humedad en el momento de siembra y las temperaturas altas del verano han favorecido su desarrollo provocando en muchos casos la podredumbre de la remolacha y otros síntomas que tienen como consecuencia la bajada de rendimiento, así como la disminución de la calidad industrial de la remolacha.

Un hecho que preocupa al sector ante la probable pérdida de cosecha tanto en peso como en riqueza de la remolacha. Gregorio Serrano, agricultor de Cervillego (Valladolid) alerta sobre estos ataques. En su caso, hay parcelas afectadas hasta en un 50% por rhizoctonia. Este productor cifra en torno a un 10% menos los rendimientos este año.

En el caso de la cercospora, una enfermedad de las hojas, está siendo especialmente «agresiva» en la provincia de León, como constata el secretario general de UGAL-UPA, Matías Llorente. Los agricultores están aplicando ya, en algún caso, el tercer tratamiento, sin éxito. «No hay manera de controlarlo», según denuncia Llorente, que habla de «mermas significativas» esta campaña. A los efectos del granizo de finales de agosto, se suma, según este sindicato, la incidencia por los problemas sanitarios provocando el «desánimo» en el sector.

Una circunstancia que se une a un mercado con valores históricamente bajos. El precio medio del azúcar registrado por la Comisión Europea en el mes de junio se situó en 361 euros/tonelada, tocando fondo de nuevo, y por debajo de los 368 de mayo de este año. De esta forma, la industria afronta un período de pérdidas importantes debido a unos precios de venta del azúcar blanco que «no son sostenibles» para la producción de remolacha.

La realidad confirma un mercado a la baja, aunque desde Acor y Azucarera confían en que esta tendencia se pueda invertir. Rafael Muñiz, responsable agrícola de la fábrica de Toro, reconoce los «dientes de sierra» y muestra su esperanza en que el escenario cambie. Los rendimientos medios de la remolacha en Europa han caído un 9% debido a la sequía, y esto puede incidir en los precios y en los stocks, según aseguran.

El sector muestra su preocupación por esa tendencia bajo mínimos y sus efectos. «No se puede producir a estos precios», señala Gregorio Serrano, que pone de manifiesto la importancia de las inversiones en renovables para lograr ser competitivos, en un mercado de continuos altibajos.

Por su parte, desde UGAL-UPA critican el «bombardeo» constante en los medios contra el consumo de azúcar, sin olvidar la próxima negociación del AMI. «Nos tememos lo peor», manifiesta Llorente, en relación a una posible repercusión de la caída de precios en el agricultor.

La superficie sembrada esta campaña asciende a las 24.521 hectáreas en Castilla y León, casi un 6% menos que en 2017, debido a las circunstancias especiales de este año. León, Valladolid y Zamora son las provincias en las que se constata una mayor pérdida, mientras que Palencia, con unas 200 hectáreas más, y Ávila, con cerca de 80, mantienen un camino contrario al resto de provincias.

La remolacha apura su ciclo, mientras soluciona los repetidos problemas sanitarios agravados esta campaña. Muñiz reconoce estas adversidades, aunque insiste en que las enfermedades foliares se están tratando «de forma ordenada».

Precisamente, desde la Asociación de Investigación para la Mejora del Cultivo de la Remolacha, Aimcra, se ha emitido una recomendación de fungicidas para el control de enfermedades como la cercospora o el oídio, con el reto de que la remolacha llegue con las hojas sanas a la recolección. Se insiste en la necesidad de realizar aplicaciones con los productos recomendados y «en el momento adecuado», con especial atención a la primera aplicación, «que en ningún caso se debe retrasar».

El cultivo afronta un retraso que se va a traducir en un arranque de campaña más tardío. Acor abrirá la campaña de recepción de remolacha en la fábrica vallisoletana de Olmedo con unos «diez días de retraso», en la segunda quincena de octubre. Una forma de apurar al máximo posible el arranque en campo, para garantizar unos buenos rendimientos, que esta campaña bajarán respecto al pasado año. Con toda probabilidad, además, el cierre no se producirá hasta finales de enero de 2019.

Un retraso que va a afectar también a las fábricas de Azucarera, como confirma el responsable de Toro, que prevé la apertura también a partir del 15 de octubre. En Miranda las fechas que se barajan son similares a 2017, mientras que la Bañeza abrirá sus puertas en noviembre, y esta vez con «una única campaña», a diferencia del pasado año en el que se habilitaron dos «ventanas» de molturación, para atender las demandas de la zona y de sus agricultores. En esta ocasión, como explica Rafael Muñiz, se buscará el momento más oportuno desde el punto de vista agronómico, como es habitual, pero en esa única campaña.

La remolacha sigue siendo, a pesar de las dificultades, una apuesta segura para el agricultor, siempre que se mantengan las ayudas más allá de 2020. Así lo manifiesta Manuel Martín, agricultor de Astudillo (Palencia), quien destaca la seguridad en el precio. Aún así, tiene claro que sin el apoyo de las administraciones «no se sembraría remolacha». Según su experiencia, las primeras cien toneladas «son para cubrir gastos». «Hay que alcanzar las 130 para empezar a ver algún beneficio», según este productor ,que asegura que las tierras sanas «han evolucionado bien».

Otra de las preocupaciones del sector está centrada en la prohibición del uso de neonicotinoides que se utilizan para el tratamiento de la semilla de remolacha. Los esfuerzos están centrados en la petición de una moratoria, como se ha planteado en otros países como en el caso de Bélgica, y cuya aprobación corresponde al Estado Miembro. Industrias, Opas, casas de semillas, y las comunidades afectadas (Castilla y León, La Rioja, y el País Vasco) se han unido con un reto común. Por eso, han presentado ya un estudio al Ministerio de Agricultura para reclamar una autorización excepcional para este uso, al menos, para la próxima campaña.

Los técnicos advierten que, de no ser así, el control de estas plagas supondría mayores costes para el agricultor, y sobre todo un mayor impacto ambiental. El tratamiento fitosanitario a la semilla permite, según los expertos, su aplicación a dosis mínima y de forma muy localizada, lo que daría lugar a un control «más sostenible». Hay que recordar que estos productos sirven para proteger al cultivo frente a distintas plagas. En cualquier caso, las advertencias de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria sobre los riegos para la población de abejas y otros polinizadores supondrá, si no cambian las cosas, que la prohibición entre en vigor a finales de año.

Frente a esta incertidumbre, el dato positivo llega por la vía del ahorro en la factura energética debido a las lluvias que han posibilitado que el riego no haya sido necesario hasta junio. Los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero son optimistas, con los embalses por encima del 60% de su capacidad.

SEGUROS DE HERBÁCEOS EXTENSIVOS

Ya se ha abierto el plazo para la contratación del seguro para explotaciones de cultivos herbáceos extensivos que cubre los daños por sequía, pedrisco... y otros eventos no controlables por el agricultor (Línea 309), con algunas novedades respecto a la campaña anterior. En los módulos 1 y 2 en secano, se adelanta al 31 de octubre el final de suscripción para los cultivos de colza, lino semilla y camelina. El director territorial de la zona Castilla de Agroseguro, José Ignacio García Barasoaín, destaca también la inclusión de la garantía de resto de adversidades climáticas para el cultivo de alpiste en secano, tal y como había pedido el sector, con un rendimiento de referencia al 50% de la avena. El alpiste será asegurable como un cultivo más dentro del grupo de los cereales de invierno, tanto las parcelas de secano como las de regadío.

Desde Agroseguro son conscientes de que será difícil llegar al incremento del 40% en la contratación de la campaña pasada, con 1.560.000 hectáreas aseguradas en Castilla y León contra la sequía, aunque confían en que se mantenga o «haya una bajada mínima», tras un año «no tan castastrófico» como el anterior. José Ignacio García cifra en más del 90% los expedientes de pedrisco resueltos ya en la Comunidad. El total de los riesgos en cereales ha supuesto unos daños por un valor total de 32,8 millones de euros, de los que 25 corresponden a pedrisco. Según los datos de Agroseguro, actualmente restará un millón de euros por abonar en la región. Entre las novedades de esta campaña, se amplía también el plazo de comunicación de siniestro por no nascencia en el cultivo de judías secas, del uno de abril al 15 de junio.

Fonte: www.diariodevalladolid.es